introducción

I
glú intenta mostrar al espectador una visión diferente de las relaciones humanas. Se centra en aquellas que se producen en el ámbito de lo privado para, paradójicamente, convertirlas en algo público y universal con lo que toda persona pueda sentirse identificada, valiéndose, para ello, de la ironía, que transforma la realidad y cambia la lógica y el orden de las cosas lo que produce un irremediable caos y desconcierto.


En la dualidad existente entre la obra de arte como objeto físico y presencial y el significado simbólico que ésta encierra como realidad inmaterial o presencia espectral, pretende que se cuestionen los conceptos de presencia y ausencia. Además, rompe con la idea de hogar como un lugar seguro y apacible, para transformarlo, a través de la ironía, en una estancia amenazante e inestable que se deshace bajo nuestros pies, irrevocablemente.


El hielo, material efímero que desaparece, junto con objetos reales que permanecen, interactúa creando una interesante relación entre realidad y ficción, presencia y ausencia. Lo efímero, que con el transcurso del tiempo desaparece, y lo que perdura, como testimonio de la anterior presencia del “hogar”. Testimonio caótico, como huella de un tiempo pasado desapacible e inestable.


Nuestra intención es extraer del problema de hogar concebido como infierno, un sentimiento de angustia exacerbada y hacerlo universal. Es decir, materializarlo y presentarlo ante el espectador para que pueda sentirse identificado con dicho sentimiento, aunque las causas que lo produzcan puedan ser diferentes. Por ello hemos decidido convertir el hogar en una construcción efímera, que con el transcurso del tiempo se nos viene encima peligrosamente.